Vistas de página en total

domingo, 15 de diciembre de 2024

Valencia: una lección más

Valencia, una ciudad vibrante y acogedora en el sureste de España, se ha convertido recientemente en el epicentro de un desastre de proporciones históricas. Las torrenciales lluvias causadas por un fenómeno meteorológico extremo conocido como Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) han dejado a la ciudad devastada. En cuestión de horas, barrios enteros, zonas industriales y espacios agrícolas se vieron cubiertos por las aguas, y los valencianos enfrentaron una tragedia que ha cobrado centenas vidas y causado pérdidas económicas superiores a los 500 millones de euros en infraestructuras, viviendas y negocios.

DANA, la causa natural del desastre

La DANA corresponde a lo que antes se llamaba "gota fría" en España, es un fenómeno en el que una masa de aire polar muy fría queda aislada y empieza a circular a altitudes muy elevadas (entre 5.000 y 9.000 metros). Luego, al chocar con el aire más cálido y húmedo estival del mar Mediterráneo, genera fuertes tormentas, sobre todo a finales del verano boreal y principios del otoño, cuando las temperaturas marítimas son más elevadas. Esta diferencia térmica genera una atmósfera inestable que desencadena en lluvias torrenciales e inundaciones severas.

En el caso de Valencia, y hablando en numeros concretos la lluvia que provocó este desastre es algo sin precedentes excedido de todo razonamiento analítico de planificación ingenieril. ¡La precipitación anual se concentro en casi 8 horas!. Los valores recogidos el 29 de octubre en la estación meteorológica de Turís (Valencia) suponen el récord de precipitaciones acumuladas en España, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), con una intensidad pico registrada de 184,6 mm/h. En la franja de 24 horas, el 29 de octubre la estación meteorológica recogió 771,8 mm, un valor totalmente fuera de contexto para un sitio cuya precipitación anual promedio acumulada entre 1981-2010 es de 510.7 mm.

Estado de la infraestructura

Ante este panorama extremo, resulta indispensable poner de relevancia que la catástrofe podría haber sido peor de no ser por la existencia de una obra de ingeniería ejecutada a mediados del siglo XX para proteger a la ciudad de inundaciones.

En 1957, un episodio similar desbordó el Turia, causando 84 muertes y daños significativos. Este evento impulsó el Plan Sur, que desvió el río hacia un cauce artificial de 13 kilómetros. Este megaproyecto, que terminó en 1969 y se considera una obra maestra de la ingeniería en España, también incluyó mejoras urbanísticas, nuevas instalaciones ferroviarias, nuevos accesos por carretera, la ampliación del puerto y del alcantarillado, readecuación del viejo cauce con la creación del Jardín del Turia y el desarrollo de infraestructura que impulsó el crecimiento económico de Valencia.

Sin embargo, desde aquella gran obra a la fecha, las inversiones de infraestructura hídrica no han crecido al ritmo de los eventos actuales: cambios climático con eventos extremos, cambio de uso de suelo de la cuenca o la expansión urbanística vertiginosa de una ciudad clave como Valencia (la tercera mas poblada de España).

De acuerdo a numerosos artículos periodísticos, a causa de esta presión urbanística detectada en la Comunidad Valenciana, se verifica que muchos barrios se han desarrollado en cursos de agua estacionales, usualmente secos, pero expuestos a crecidas. Desbordes previos, en la segunda mitad del siglo XX ya alertaban de este potencial suceso.  

Por su parte, las alteraciones del suelo por intervenciones en la cuenca por la agricultura industrial, la expansión de regadíos o la imperbealización superficial, se presentan como acciones directas que, sin el debido control y segumiento de los organismos de regulación y control, han cambiado las condiciones de escurrimiento, reduciendo la infiltración e incrementando el potencial peligro de daños.

Entre la cuantiosa información disponible, resalta una nota de RTVE, donde catedráticos de ingeniería hidráulica de la Universitat Politècnica de València (UPV), señalan obras pendientes como proyectos de reforestación en la cuenca alta y obras de micropresas, laminación, encauzamiento y conexión con el nuevo cauce del Turia por medio de corredores verdes, pero no se han llegado a ejecutar.

Mas allá de todo estudio del fenómeno extremo, la realidad evidencia que hoy Valencia padece un combo crítico de gran densidad poblacional e industrial, con ocupación de zonas con potencial riesgo de inundación. Asi las cosas, hoy en día es impracticable cambiar esta situación y solo queda mitigar el riesgo razonablemente con obras y un cambio de mentalidad de la ciudadanía y de los sectores público y privado. Estos últimos, los dos grandes actores por su responsabilidad e impacto de sus acciones.

Sobre la prevención y las alertas. El rol de la ciudadanía

Pese a que la Agencia Estatal de Meteorología elevó al máximo su nivel de alerta en la mañana del martes 29 por la DANA, hay registros que señalan que las autoridades no adoptaron medidas excepcionales ante el suceso. Cuando Protección Civil envió un mensaje de alerta a los teléfonos móviles de los ciudadanos, el agua estaba descontrolada en varios puntos y muchos se aferraban a los árboles o se refugiaban en los tejados para salvarse de un torrente imparable.

En las semanas posteriores al evento, se evidenciaba que muchos murieron ahogados en los autos en que viajaban o incluso tratando de sacarlos del garaje para evitar que el agua los dañara. Todos los hechos indican que la gente siguió haciendo su vida normal, con personas desplazándose por calles y carreteras, cuando deberían haberse emitido órdenes de evacuación, desplegando las fuerzas de seguridad. 

Por esta sensación de desamparo y acción tardía, surgieron numerosos reclamos airados contra el rey de España y las autoridades del gobierno regional y central por considerarlos responsables de no tomar medidas a tiempo. Una muestra más de la necesidad de una gestión eficiente objetiva manejada con criterios técnicos y cívicos antes que políticos. Ante una alerta temprana, una acción preventiva a partir de una decisión bien fundada, salva muchas vidas.

Impacto económico, sanitario y humano

La cifra preliminar de vidas perdidas asciende a 200 personas, mientras que cientos de familias se encuentran en albergues tras haber perdido sus hogares. Las empresas locales han reportado daños masivos en maquinaria, productos e infraestructura; muchas probablemente no podrán retomar operaciones hasta dentro de semanas o meses, lo cual compromete gravemente la economía regional. El sector agrícola, vital en esta región, enfrenta pérdidas superiores a los 100 millones de euros, ya que miles de hectáreas de cultivos quedaron bajo el agua.

Por su parte, la reparación de carreteras, puentes y sistemas de electricidad y agua requerirá una inversión de aproximadamente 200 millones de euros, y es probable que las autoridades necesiten ayuda adicional del gobierno nacional y de la Unión Europea para enfrentar los costos. A medida que se calcula el costo total del desastre, se estima que las pérdidas superarán los 500 millones de euros, una cifra que representa un enorme revés para la región.

Como toda catastrofe de este tipo, emergen otras crisis como la sanitaria. Los vecinos conviven con escasez de agua potable, el lodo podrido, los destrozos y el agua estancada, con daño en las infraestructuras claves. Otro aspecto es la crisis social que da via libre al peor comportamiento posible, habiendose registrado saqueos y rapiñaje. Todo ello implica un desvio masivos de recursos operativos del Estado hacia la ciudad caida.

Valencia: una leccion más.

Nuevamente, lo acaecido en Valencia demuestra la importancia de invertir en prevención y fomentar una conciencia colectiva sobre el entorno y los riesgos asociados. Para evitar que un evento natural se transforme en tragedia, no basta con construir obras; es necesario planificar con anticipación, realizar estudios exhaustivos para promover un entendimiento claro de las amenazas y desafíos que enfrenta una comunidad. Es fundamental que las sociedades reconozcan, con perfecta nitidez, tanto sus capacidades como sus limitaciones para abordar estos problemas.

Vivir bajo una constante espada de Damocles es una realidad compartida por todas las comunidades, conscientes de los peligros que las rodean. Por ello, las ciudades deben priorizar acciones estratégicas que mitiguen el impacto de fenómenos naturales ineludibles, para que no se transformen en catástrofes con pérdidas humanas, sociales y económicas.

Referencias

·         https://efe.com/espana/2024-11-07/dana-valencia-record-historico-lluvia-espana/

·         AVANCE CLIMATOLÓGICO DEL AÑO 2021 EN LA COMUNITAT VALENCIANA – Agencia Estatal de Meteorlogía AEMET - Delegación Territorial en la Comunitat Valenciana

·         https://www.bbc.com/mundo/articles/cj6k5xk648zo

·         https://www.bbc.com/mundo/articles/c774nn2krg5o

·         https://elpais.com/espana/2024-11-02/ultima-hora-de-la-dana-en-directo.html

·         https://www.rtve.es/noticias/20241105/ingenieros-denuncian-falta-inversion-obras-hidraulicas-era-catastrofe-anunciada/16315217.shtml

viernes, 20 de septiembre de 2024

El Corredor Bioceánico y su necesidad de infraestructura

 

Durante el mes de agosto, la provincia de Jujuy ha dado un paso significativo a partir de la aprobación de la Ley Nº 6408, la cual estableció el Consejo de Desarrollo y Promoción del Corredor Bioceánico de Capricornio, ente encargado de planificar políticas, promover inversiones y coordinar proyectos de infraestructura. El mismo está compuesto por representantes de los poderes legislativo y ejecutivo, además de instituciones intermedias que brindan apoyo técnico necesario para impulsar el crecimiento regional a través de una planificación coordinada, priorizando la inversión multimodal y las iniciativas públicas y privadas. Esta acción legislativa y estratégica de la provincia, se enmarca en el espíritu de una causa común expresada en las recientes reuniones del Corredor Bioceánico de Capricornio, donde líderes de Brasil, Argentina, Chile y Paraguay reafirmaron su compromiso con este proyecto clave para la integración regional.

Desde diciembre de 2015, cuando la "Declaración de Asunción" dio inicio al Corredor Bioceánico, ha habido diversos avances y demoras. No obstante, en el último lustro se destacó la necesidad de fortalecer la cooperación en controles aduaneros y fitosanitarios, así como desarrollar infraestructura sostenible para optimizar la conexión entre el Atlántico y el Pacífico. Es decir que, ante el interés geopolítico manifestado por los países surcados por este Corredor, surge una oportunidad innegable para desarrollar numerosos proyectos y obras de infraestructuras para cumplir los objetivos de lograr una logística comercial adecuada a las exigencias de competitividad que se requieren. 

 

UNA GRAN VÍA COMERCIAL

El Corredor Bioceánico de Capricornio busca conectar el océano Atlántico con el Pacífico a través de una red multimodal de rutas terrestres, aéreas, fluviales y ferroviarias que reducen los costos logísticos y tiempos de transporte para las mercancías que circulan entre los puertos del Atlántico y Pacífico. El mismo se extiende a lo largo de más de 3.500 kilómetros, cruzando algunos de los terrenos más diversos y complejos de América del Sur en la búsqueda de nuevas rutas comerciales y con acceso directo a puertos estratégicos en el Pacífico para facilitar el comercio con mercados asiáticos, entre los que se encuentran los gigantes China, India y Japón.

Esta conexión tiene el potencial de transformar el comercio internacional al ofrecer una alternativa al Canal de Panamá, reduciendo significativamente los tiempos de envío entre Asia y la costa este de Sudamérica, lo que solo es factible a través de una gran inversión en infraestructura adecuada, a la altura de este desafío.

 

RELEVANCIA COMERCIAL

El movimiento de mercancías a través del corredor permitirá una mejor integración de los mercados locales en el comercio internacional, lo que tendrá importantes repercusiones en términos de crecimiento económico y competitividad a raíz de los grandes volúmenes de mercancías involucrados.

Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el corredor podría movilizar anualmente más de 30 millones de toneladas de productos. Los principales bienes que se espera que transiten por este corredor incluyen: soja, maíz, carnes, productos minerales, energía y combustibles. La mayoría de estos productos están destinados a mercados asiáticos, lo que subraya la necesidad del acceso al Pacífico.

Según analistas especializados, el tiempo de transporte entre los puertos del Atlántico en Brasil y los puertos del Pacífico en Chile podría reducirse hasta un 40%. Esto representa una ventaja significativa frente a rutas tradicionales que involucran el Canal de Panamá, y no solo reduciría los costos de transporte, sino también los riesgos asociados con los cuellos de botella en el comercio marítimo, mejorando la confiabilidad de las cadenas de suministro.

 

 

INFRAESTRUCTURA REQUERIDA

A pesar del enorme potencial del Corredor Bioceánico, su éxito depende de una infraestructura robusta que permita el tránsito eficiente de las mercancías. Esto abarca desde mejoras o construcción de rutas/autopistas, puertos fluviales, marítimos y aéreos o ferrocarriles; hasta la modernización y construcción de centros logísticos multimodales en toda su área de influencia.

Puntualmente, el estado actual de la infraestructura no es adecuado para soportar el tránsito pesado de carga con la vista al futuro cercano.

En Brasil y Argentina, se han identificado grandes necesidades de inversión en infraestructuras ferroviarias para garantizar un transporte eficiente a traves de numerosos informes técnicos. Los puertos del norte de Chile, como Iquique y Antofagasta, necesitarán ampliaciones y modernización para manejar volúmenes de carga adaptados a las crecientes demandas logísticas. En relación a las redes viales terrestres, todos los países integrantes del corredor tienen identificadas necesidades de ampliar las capacidades existentes.

Las estimaciones del BID y otros organismos indican que se requerirán inversiones multimillonarias para desarrollar adecuadamente la infraestructura necesaria, se estiman unos $8,000 millones de dólares en mejoras de infraestructura. Esta cifra podría aumentar dependiendo de los proyectos adicionales que se sumen dentro de las ciudades claves que son parte del corredor.

 

TEMA DE AGENDA INTERNACIONAL

El desarrollo del Corredor Bioceánico de Capricornio ha ganado relevancia en la agenda política y económica de la región en los últimos años. Uno de los puntos clave en el progreso del corredor ha sido la cooperación efectiva entre Brasil, Paraguay, Argentina y Chile. Estos países han formalizado varios acuerdos que garantizan el desarrollo conjunto del corredor y facilitan el tránsito de mercancías a través de sus fronteras. Sin embargo, las diferencias en las políticas económicas y los enfoques sobre la infraestructura han generado debates en cuanto a los tiempos y la magnitud de las inversiones requeridas.

Mientras tanto, desde el exterior, China ha mostrado un creciente interés en el Corredor Bioceánico como parte de su estrategia de expansión comercial en América Latina. Otros actores internacionales como la Unión Europea y Estados Unidos también están siguiendo de cerca el desarrollo del proyecto, debido a su importancia estratégica para el comercio global.

En este contexto, uno de los mayores retos es asegurar la financiación para la construcción y el mantenimiento de las infraestructuras con necesidad de acuerdos entre países con similar estabilidad institucional y con consensos de agenda política interna independientemente del partido gobernante. La sostenibilidad a largo plazo del proyecto también será un factor crucial, especialmente si se consideran los posibles cambios políticos y económicos en la región.

Sin embargo, no todo gira en torno a la financiación de infraestructura: La gobernanza del proyecto es otro desafío crucial para establecer un marco legal y regulador que facilite la integración económica y logística.

 

UNA DÉCADA DE INVERSIONES

A modo de resumen y para dimensionar el extraordinario potencial del Corredor Bioceánico de Capricornio en la economía sudamericana, es posible referir en cifras gran parte de lo expresado anteriormente. El área de influencia del Eje de Capricornio representa un mercado de más de 45 millones de habitantes en un área de influencia extendida de 2,30 millones de km2, con un producto interno bruto superior a los US$ 200.000 millones, principalmente concentrados entre Argentina y Brasil (casi un 90%).

Es importante entender que los países interesados llevan casi dos décadas en un proceso de integración efectiva, a través del cual se ha desarrollado un patrón claro de convergencia normativa y coordinación de inversiones en infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones. Por ello, el éxito del proyecto dependerá, en gran medida, de la capacidad de los gobiernos y actores involucrados para implementar de manera conjunta los desafíos en infraestructura, financiación y gobernanza. Existen señales claras de objetivos comunes y una firme voluntad de ejecución por parte de todos los países participantes, independientemente de sus diferencias políticas, incluso en contextos de antipolítica, como el nuestro.

 

Destacado:

 

-          El estado actual de la infraestructura no es adecuado para soportar el tránsito pesado de carga con la vista al futuro cercano”.

-          China ha mostrado un creciente interés en el Corredor Bioceánico como parte de su estrategia de expansión comercial en América Latina”.

 

 

jueves, 15 de agosto de 2024

LA IMPOSTERGABLE OBLIGACION DE OPTIMIZAR PROCESOS


Los tiempos actuales son increíblemente dinámicos, lo que impacta en nuestras actividades diarias, tanto profesionales, productivas o personales. En todo ámbito, se aprecia que la eficiencia no es solo una ventaja competitiva, o una entelequia en la busqueda de cuidar el planeta, sino una necesidad concreta para el éxito de todas las actividades en nuestra vida cotidiana, muy especialmente aquellas en el ámbito de las empresas, independientemente de su tamaño.

Las organizaciones de todo tipo (corporaciones, pymes, asociaciones civiles, clubes, etc) se encuentran en un entorno donde los recursos son cada vez más escasos, las expectativas de los usuarios son más altas que nunca, y las presiones económicas-financieras son determinantes para cualquier actividad. En este contexto, la optimización de todos los procesos se ha convertido en una obligación impostergable, una tarea que ya no puede ser relegada a un segundo plano.

A través del estudio profesionalizado, lo que parece dificil de alcanzar como objetivo, se revela con claridad mostrando cómo las organizaciones que han abrazado la optimización de procesos no solo han logrado reducir costos e incrementar rendimientos, sino que también han creado estructuras más ágiles, capaces de adaptarse rápidamente a los cambios y de innovar con mayor frecuencia. Por el contrario, aquellas que han ignorado esta necesidad crítica han quedado rezagadas, luchando por subsistir, si es que no han desaparecido ya.

La optimización de procesos no es una tarea técnica reservada para expertos en gestión. Es, más bien, un enfoque estratégico que debe ser entendido y adoptado por todos los niveles de la organización. Más que un simple conjunto de acciones dictadas en talleres, implica una transformación cultural que se adopta plenamente, evoluciona la forma en que una organización opera y le permite alcanzar nuevos niveles de rendimiento, sostenibilidad y, principalmente, beneficios económicos.

 

La cabeza primero. Optimizando proyectos

Una gran cantidad de empresas estan tan enfrascadas en la producción y las tareas operativas que olvidan en la importancia de invertir en diferentes procesos de la economía del conocimiento: planificación, ejecución de proyectos, control de procesos, pasaje de infraestructura existentes a modelos BIM, desarrollo de departamentos de I+D propios por citar algunas posibilidades, son cruciales para evitar costos y retrabajos, especialmente en obras de construcción y anular de raíz costos parásitos que son invisibles y que atormentan a las empresas, guiando a análisis de situaciones inadecuados lo que deriva en conclusiones inexactas, generando una sangría de costos que parece incontrolable

 

¿De quien fue la culpa? Optimizando la construcción

Es altamente conocido a través de diversas fuentes que el sector de la construcción es uno de los principales responsables de las emisiones globales de CO2, representando aproximadamente el 38% de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial. Estas emisiones provienen de dos grandes fuentes dentro del sector.

En primer lugar las emisiones operativas (28%) derivadas de la operación de los edificios a lo largo de su ciclo de vida, como el uso de energía para calefacción, refrigeración, iluminación, y otras necesidades energéticas. Los edificios existentes y nuevos consumen grandes cantidades de energía, principalmente de fuentes fósiles.

Luego estan las emisiones de la construcción (10%) que provienen de la producción de materiales de construcción como el acero, el cemento, y el vidrio, así como del transporte de estos materiales y las actividades en el sitio de construcción. El cemento, por ejemplo, es responsable de alrededor del 8% de las emisiones globales de CO2 debido a la energía intensiva que requiere su producción.

Claramente, la industria de la construcción es uno de los pilares fundamentales de la economía mundial, pero también es una de las industrias menos eficientes y, muy probablemente, las mas facilmente optiizables en el corto plazo.

 

El Desafío de la Eficiencia en la Construcción

Los proyectos de construcción son complejos y a menudo sufren de retrasos, sobrecostos y desperdicios. Diversos estudios de los organismos de creditos internacionales, sostienen que los grandes proyectos de construcción suelen excederse en el presupuesto en un 80% y sufren retrasos en un 20% en promedio. ¿Y cuales son las causas comunes? Incluyen un mix altamente condimentado de planificación deficiente, la falta de comunicación entre las partes interesadas y la dependencia de métodos tradicionales y no automatizados.

 

Con sistemas de control y optimización, la racionalización de materiales es un hecho concreto y medible que ronda en ahorros concretos de hasta un 30%. Estos ahorros no solo mejoran la rentabilidad del proyecto, sino que reducen el consumo de mano de obra, transporte y una serie de gastos encadenados con un efecto dominó. A ello se suma una buena oficina técnica, con última tecnología que permite reducir errores y permite una planificación más precisa. Estudios indican que el uso de BIM puede reducir los costos de construcción en un 5% a 15% al disminuir el retrabajo y optimizar la secuencia de operaciones. La mejora en la planificación y gestión puede disminuir los sobrecostos y evitar retrasos, lo que representa ahorros significativos. Se estima que una buena gestión puede evitar sobrecostos de hasta un 20%.

Pensar tiene sus beneficios y permite desarrollar ideas de automatización de tareas, procesos y desarrollo de componentes prefabricados que aceleran el proceso de construcción y reducen la dependencia de la mano de obra en el sitio, algo muy utilizado en Estados Unidos donde la prefabricación puede reducir los tiempos de construcción en un 50% y los costos en un 20%, según el Consejo de la Construcción Verde de EE.UU. Ello debe estudiarse en nuestro país y adaptarlo adecuadamente pero sin dudas es factible desarrollar procesos automatizados criollos, que sin duda, poseen mas beneficios que seguir trabajando de manera ineficiente. Solo se requiere pensar….o contratar ingeniería.

La solución al alcance de la mano: ingeniería argentina

Pudiendo apreciar la incuestionable importancia del conocimiento aplicado en el camino de la optimización, nuestras empresas tienen la solución al alcance de la mano y con valores competitivos. La ingeniería argentina es valiosa no solo por su sólida base técnica, sino por su capacidad para innovar y adaptarse en entornos desafiantes. Este pensamiento lateral y la habilidad para desarrollar soluciones creativas y eficientes en situaciones complejas la posicionan como una de las más apreciadas en términos de flexibilidad y resolución de problemas en diversas industrias a nivel global.  

En un contexto donde las fluctuaciones económicas, la escasez de recursos y los desafíos sociales son comunes, ha obligado a los ingenieros a ser altamente adaptables, buscando soluciones eficientes que maximicen el uso de los recursos disponibles. La capacidad para adaptarse rápidamente a circunstancias cambiantes es una de las características más valoradas de la ingeniería argentina, garantizando estandares normativos y de calidad. Esta capacidad de "hacer mucho con poco" se refleja en soluciones tecnológicas, industriales y de infraestructura que son eficientes y sostenibles, incluso en condiciones adversas.

Ello ha valido un éxito internacional y en diversos escenarios. Argentina es uno de los pocos países en América Latina con capacidades avanzadas en la industria aeroespacial, siendo pionera en el desarrollo y lanzamiento de satélites a través de la empresa INVAP, en energías reonvables o en tecnología y desarrollo de software, o en piping o minería, o en la construcción

miércoles, 20 de marzo de 2024

EL MOMENTO IDEAL PARA INVERSION EN CONOCIMIENTO


 

Con sesenta días de gestión del Presidente Javier Milei y un escenario precario, resulta normal que la ansiedad y la incertidumbre se apoderen de los pensamientos a la hora de planificar actividades a mediano plazo o al momento de definir acciones en nuestras empresas.

Sin embargo, siendo mas racionales y objetivos, resulta interesante el análisis de situación que nos presenta nuestro país, aún con una inflación galopante superior al 15% mensual y con diarias muestras del marcado déficit de infraestructura que poseemos, donde los ciudadanos sufren las consecuencias de la falta de planificación, obras y soluciones a largo plazo.

 

 

Proyectos en Tiempos de Incertidumbre Económica

La situación económica actual de Argentina se caracteriza por una combinación de inflación, recesión y un clima de incertidumbre que ha afectado a diversos sectores. Muchos economistas pueden explicarlo de manera clarificadora con datos concretos, tanto históricos como actuales. Sin embargo, como cualquier ciudadano argentino mayor de 50 años, puedo afirmar desde mi empirismo que no ha sido la primera crisis de este tipo en el país.

Ahora bien, en este contexto desafiante, y con una política “disruptiva” como la que plantea Javier Milei, donde (al menos desde lo enunciativo) se desean hacer las cosas de manera diferente para esperar un resultado distinto, la inversión en conocimiento emerge como una estrategia potencialmente sólida y resiliente. Los beneficios de invertir en estudios de campo, recolección histórica de datos, planificación, proyectos de ingeniería en todas sus etapas, análisis de factibilidades de inversiones, priorización de proyectos, etc se presentan a todas luces como una prioridad estratégica, no solo de la política sino también del sector privado.

 

Contexto en Argentina

En las últimas décadas, Argentina ha enfrentado siempre escenarios complejos que no ha sabido resolver eficientemente, lo que se agudizó en los años de postpandemia, cerrando el año 2023 con una inflación anual del 211% según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

En particular el año pasado fue muy contraproducente. Según el informe “Perspectivas económicas mundiales: Región de América Latina y el Caribe” (enero 2024), Argentina experimentó una caída del 2,5% del PBI, cuando la región ALC creció moderadamente un 2,2%, principalmente por el “contexto de una elevada inflación, condiciones monetarias restrictivas, debilidad del comercio mundial y fenómenos meteorológicos adversos”.

Nuestro país se encuadra en la descripción de problemas regionales, pero multiplicados por el impacto extremo de la sequía, la incertidumbre institucional con elecciones desdobladas por todo el país y la impericia en el manejo de una crisis económica que vino a exponer una dirigencia política que no pudo controlar una inflación creciente sino que además la multiplicó hasta valores solo registrados tres décadas atrás, desatando una crisis de confianza que desafía la toma de decisiones para inversiones de todo tipo.

En este marco, al menos para el bienio 2024-2025 el Banco Mundial espera un crecimiento regional y nacional moderado pero siempre de la mano de las materias primas. Es decir que algun evento climático o comercial no previsto, nos pondría de vuelta en un escenario complejo. (1)

Cuadro de texto:   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Fuente: Perspectivas económicas mundiales: Región de América Latina y el Caribe - Enero de 2024 – Banco Mundial (1)

 

Beneficios de invertir en conocimientos

Ante este contexto enigmático, donde se requiere optimización de los recursos físicos, económicos y financieros, pero además es obligatorio un riguroso análisis de las acciones y decisiones, la inversión en conocimiento es una prioridad.

La inversión en proyectos de ingeniería, especialmente en infraestructura básica, siempre ha sido el punto de partida para el desarrollo económico, para mejora de la productividad, la competitividad y un medio por excelencia para atraer las inversiones nacionales o extranjeras tanto en modalidad de préstamos de organismos multilaterales o mediante la participación público privada.

A lo largo de la historia, estos momentos de crisis ayudan a visibilizar que no existe mejor manera de solucionar un problema que anticiparse al mismo. Por este motivo, la mejor forma de prevención es invertir en ingeniería, en ciencia, en técnica, en investigación.

Por este motivo, ante un gobierno que se autoproclama “disruptivo” con un escenario parlamentario de tercios, se presenta una oportunidad propicia para una verdadera transformación cultural, para consolidar acuerdos de largo plazo y cambiar el mind setting que tantos problemas ha traído a nuestro país. La inversión en conocimiento paga con creces pero requiere un cambio rotundo de visión estratégica.

 

Un componente vital de progreso económico

Existen numerosos datos y ejemplos concretos que muestran que la inversión en planificación y proyectos de ingeniería es un componente vital para el progreso económico y el desarrollo sostenible en todo el mundo. Muchos países destinan recursos significativos a este fin (sobre todo el rubro privado), lo que se traduce en beneficios económicos tangibles, tanto a corto como a largo plazo. Estas inversiones no solo mejoran la infraestructura física, sino que también fomentan la innovación, la competitividad y la creación de empleo.

Tenemos varios ejemplos numéricos concretos aportados por cifras relevadas por el Banco Mundial, en relación a la inversión en I+D como % del PBI, definiendo investigación y desarrollo como “trabajo creativo realizado sistemáticamente para incrementar los conocimientos sobre la humanidad, la cultura y la sociedad, y el uso de los conocimientos para nuevas aplicaciones. El área de investigación y desarrollo abarca la investigación básica, la investigación aplicada y el desarrollo experimental”. Paises como EEUU. China, Dinamarca o Alemania rondan entre el 2,4% al 3,5% de su PBI en inversión de I+D, tanto pública como privada. Brasil ronda el 1,13%, Argentina el 0,52%  (2)

Comparando realidades, es claro que hay una relación directa entre las inversiones en planificación e ingeniería y el tamaño de la economía. Inviertiendo en conocimiento mejora la productividad, la  eficiencia de bienes y servicios proporcionando infraestructura moderna y tecnológicamente avanzada que permite al ecosistema productivo ser más eficientes y competitivos en un mundo globalizado.  

El verdadero eje de cambio: planificar o lamentar

En un informe del Banco Mundial, las investigadoras concluyen que las necesidades de financiamiento de infraestructura de países en desarrollo como el nuestro requieren entre el 2 y el 8% del PBI por año para que en 2030 se puedan alcanzar objetivos internacionales como el acceso universal al agua, el saneamiento y la electricidad; mayor movilidad; mejora de la seguridad alimentaria; mejor protección contra inundaciones; y una eventual descarbonización total, al tiempo que se limita el gasto en nueva infraestructura al 4,5% por ciento del PBI al año, dejando muy bien aclarado que invertir en infraestructura no es suficiente; mantenerlo también importa. Un buen mantenimiento también genera ahorros sustanciales al reducir el costo total del ciclo de vida del transporte y la infraestructura de agua y saneamiento en más de un 50 por ciento (3).

 

Ello es altamente dificultoso de lograr con un país con déficit de ingeniería con el nuestro, muy especialmente en el sector público. Solo es posible a través del fomento de una industria del conocimiento privada, que debe convertirse en la piedra basal de la construcción de una nueva realidad. Los datos numéricos respaldan la capacidad técnica de las consultoras de ingeniería para realizar trabajos que favorecen la correcta toma de decisiones, permite la priorización de las inversiones, logra la ejecución de más y mejores proyectos, no solo con costos razonables sino con procesos predecibles de construcción y de futuro mantenimiento, tanto en la parte pública como privada.

Está demostrado el beneficio de la inversión en proyectos y conocimiento como salida para resistir la inflación u ofrecer oportunidades financieras que muchas veces están buscando posibilidades de inversiones rentables, pero dificilmente se puedan materializar sin proyectos viables o acordes a las exigencias actuales. Además, los inversores que consideran estas variables no solo buscan rendimientos financieros a corto plazo, sino que nuestras acciones contribuyan al desarrollo sostenible y la estabilidad económica del país.

De esta manera, resulta fundamental (y a todas luces urgente) la inversión en conocimiento como una prioridad política. Uno de los ejes de cambio real, en el actual contexto político, debe responder ineludiblemente si resulta conveniente planificar o lamentar, como ha sucedido en las últimas décadas.


 

Referencias

(1)    Perspectivas económicas mundiales: Región de América Latina y el Caribe - Enero de 2024 – Banco Mundial - https://openknowledge.worldbank.org/server/api/core/bitstreams/7fe97e0a-52c5-4655-9207-c176eb9fb66a/content

(2)    https://datos.bancomundial.org/indicador/GB.XPD.RSDV.GD.ZS?locations=AR-DE

(3)    Rozenberg, Julie, and Marianne Fay, eds. 2019. “Beyond the Gap: How Countries Can Afford the Infrastructure They Need while Protecting the Planet” (Overview).- Sustainable Infrastructure Series. World Bank, Washington, DC. License: Creative Commons Attribution