Todavía me lamento de las jugadas desperdiciadas el pasado domingo por Argentina, que seguramente nos hubieran dado el triunfo mundialista. Alemania con una jugada milimétrica lo definió y levantó la Copa del Mundo. ¡No puedo dejar de pensar en esa jugada!
Para olvidarme del
amargo
desenlace, visito la web y encuentro la página del Foro Económico
Mundial (WEF), institución
que elabora todos los años un
Ranking de Competitividad de los países del mundo y que se basa en
diversas
variables que dan una idea de la sofisticación y seriedad de la
economía de las
naciones ranqueadas. Ahora
bien, resulta
que a alguien en el WEF se le ocurrió hacer un Mundial de
Competitividad con
tarjetas que contenían 4 ítems de los varios que evalúan para el
ranking:
Igualdad de Género – Disposición de Tecnología – Apertura del
Mercado –
Competitividad. Con poco
asombro, veo
que ahí la victoria es más holgada aún (4-0), al comparar Alemania
vs Argentina.
De hecho, Alemania ganó a todos los que enfrentó en este juego
imaginario.
Alemania es, de
acuerdo a este
ranking general, el 4° país más competitivo del mundo luego de
Suiza, Singapur
y Finlandia. Argentina está 104. Las principales diferencias que
nos separan
100 lugares, están dadas por las Infraestructuras, la
Disponibilidad de Tecnologías,
Innovación o en la parte de Instituciones. Alemania está a la
vanguardia, principalmente,
por tener una de las economías más innovadoras del mundo con
grandes
inversiones en ingeniería, investigación y desarrollo, sostenida
en el tiempo, además de un
trabajo con políticas de Estado a largo plazo. Por ello, su
economía está
fuertemente basada en los servicios
y en
la industria, importando materia prima y exportando productos con
valor
agregado.
Alemania viene
invirtiendo en
tecnología, en competitividad, en ingeniería durante más de medio
siglo y eso la llevo a ser la locomotora de Europa, liderando la
mayor parte de los procesos económicos productivos que tienen
lugar en el Viejo
Continente. Esa misma fórmula, la del “Milagro Alemán”, repitió
Joachim Löw el
DT germano, en un proceso de más de 10 años que le valió varias
derrotas
previas hasta llegar al Mundial 2014 donde logró el objetivo al
fin. El Milagro no es otra cosa que un proceso de trabajo serio
sostenido en el tiempo con una fuerte apuesta al potencial propio.
¿Qué quiero decir
con esta
columna, parte ingeniería, parte futbol? Podemos aprender del
modelo alemán en todos los aspectos. En términos de competitividad
e ingeniería, podemos también invertir
sostenidamente en investigación, en desarrollo, en instituciones
sólidas y en
el desarrollo de tecnología local para reemplazo de la importada.
Lleva
bastante tiempo, puede haber tropezones en el camino, pero estoy
seguro que en algún
momento los resultados serán palpables. Por otro lado, podemos
seguir pensando
que la ingeniería y la inversión en conocimiento es un lujo que no
merece mayor
atención ni inversión.
La respuesta está en
nuestras
manos, como lo estuvo en las manos de la Alemania desmembrada de
la posguerra. Ya empezó la
cuenta regresiva para el próximo evento mundialista, donde
podremos ver que
tarjetas del Mundial de Competitividad presentamos y con trabajo
sostenido,
tratar de ganarlo con autoridad. Por
supuesto,
si viene con la Copa del Mundo de futbol no estaría nada mal.
Mundial de Competitividad:
http://forumblog.org/2014/07/world-cup-2014-competitiveness-results/